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martes, 15 de noviembre de 2011

Del hombre y otros animales

Señalándose… por millares de años, si se puede decir, el hombre se señala; sea para compararse, alegar algo, en pocas palabras para la simple excusa de un crecimiento “lineal”, se podría ver así desde una visión positivista. A veces, simplemente se hace el señalamiento por simplemente hacerlo, sirva o no para algo. Entonces agregamos a esta insignificante masa, un sin número de subgrupos: estos son amarillos, doctores, ladrones, o politólogos, y muchos otros más. Categorización de clases “necesaria” para el juzgamiento del individuo en masa. Entre estos más, entran los profesionales universitarios, sean de universidades públicas, o privadas, las cuales, estas últimas omitiré por lo inaportante que son en esta discusión.

Los que culminan sus estudios en universidades públicas están marcados, lo cual no importa. Lo importante es lo que recae en estos: - según pensamientos del común, cuando se hable de los estudiosos de las ciencias humanas (inexactas, llamadas generalmente; lo cual las hace más bonitas, superiormente poéticas) tienen una deuda con la humanidad, el pueblo, no sé… a la gente, por el hecho de recibir un estudio pagado con los impuestos de los mencionados anteriormente -. A estos (el común), deben saber que el que realiza tales estudios, los hace desde sí, para sí, sin deberle nada a un ente externo, sin devolver nada a nadie. En pocas palabras tal persona es desde ese punto superior a todo otro que lo rodea que no logro tal hazaña.

Una visión diferente rodea a este ente, que más allá de situarse en este mundo, lo observa, lo aprehende y aprende de este, siendo su crítica parcial y totalitaria, cambiante como toda verdad inexistente, basada en comportamientos infieles al hombre y al tiempo. Con todo el derecho toma la palabra y la exhibe en el mostrador al lado de la puta de babilonia y la razón. Su palabra no es como una verdad de tantas, sino la verdad, destructiva y venenosa en su efecto, y tronadora para dogma o visión errada de los caminos del espacio-tiempo del hombre y la razón.

Se pone en duda a sí mismo en su estado de Homosapiensapien. Por momentos su ser se vuelve líquido, otras veces gaseoso o sólido, dependiendo de la gravedad del bipolarismo en esta, causa-efecto de la sociedad misma y su reflejo de ser capaz de ser sí mismo, y otro, y otro… y otro más. Sus datos son tan importantes como la vida de las prostitutas en la antigüedad y el efecto sensual de estas en los hombres y su libido para la guerra y la discusión.

Su creencia se basa en el Lucifer de los Iluminatis y no en patrañas inverosímiles y sin sentido de pasión actual. La autocomplacencia y el ego están para superarse y el único regalo al exterior es su presencia y su estulticia. Su sorpresa se da más por el llamado del cosmos, que por la muerte de mil hombres; en tal caso sólo estaría allí para documentar los comportamientos de los ganadores y de los vencedores.

La belleza se hace infinita, a tal grado de encontrarse hasta en lo antiestético. Valor moral de cada cosa vista o no, pero impuesta por cada uno… todo es bello, hasta lo más horroroso…
Su reacción está sujeta no al impulso, sino al estudio preliminar. Documentaria el fin del mundo, lo observaría y viviría antes de huir despavorido sin dirección alguna.

Se ve observando, pero se encuentra en todo…

1 comentario:

  1. Gracias home Ryptor por mostrarnos tu mundo en medio de paros y levantamientos y suspensiones y vendidas estudiantiles que eternamente retornan...

    La sorpresa se da por el cosmos y los microcosmos

    Felipe T.

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