Ver una entrada al azar

martes, 30 de julio de 2013

Auras "Una historia nadaísta"


"El nadaísta es sensitivo como un genococo esquizofrénico...
inteligente como un tratado de Magia Negra..."
-Gonzalo Arango-


LA RADIO NOVELA  COLOMBIANA REGRESA Y ES NADAÍSTA

Auras "Una historia nadaísta"

En los años sesenta, en pleno apogeo del Nadaísmo, Aura comienza a integrarse a este movimiento que revolucionará su vida. En compañía de sus compañeros, Antonio y Gonzalo, son tres jóvenes autoproclamados poetas con ansias de transformar esa podrida sociedad en la que les tocó vivir.

Aura, asumiendo una vida solitaria deberá hacer frente a la espesa bruma de hechos que no la dejarán en paz... 

Capítulo 1: Recuerdos Latentes


domingo, 28 de julio de 2013

-EN-TRE- ♦ -TE-JI-DOS-


Tulipán - pájaro
Sol - aroma infantil

Cartílago – saliva
Encerrado - entre los huesos

Rey - cobra
Signo - trono de felino

Anillo - arado
Sandalia - rueda de la vida

Enmascarado - demonio
Salvaje - entre los dioses

Cocodrilo - rojo
Águila - disfraz humano

Angustia – carne
Tiempo – elástico el destino

Guardián - profundo
Súbito - noche de pantera

Compacto – iletrado
Embustero – pastor de alcantarilla

León - coronado
Bastos - entre manos sueltas

Alucinado - desnudo
Camino - ojos del cosmos

Esponjoso – errado
Idea – estupidez del alma

Cuerpo - vida
Azar – amor entre escorpiones

Perros - aulladores
Delirios - de vinos y plumas

Máscara - pasado
Señal - luz de versos

Óseo – rígido
Temporal – viviendo entre los muertos

Sangre - siembra
Saber - en mano de luna

Muerto - no muerto
Llave – libertad de cabezas aladas

Retrato - mi mismo
Soledad - frente a la nada

Galáctico - suspiro
Circulo - avispa reposa

Hialino – fuente
Sabido – loco entre los cultos

Buey - espíritu
Caos – los flamingos distantes

Esfera - animal
Peso - dirección al futuro

Triunfo - magia
Escribe - siempre entre tejidos

lunes, 15 de julio de 2013

Las Aventuras de Showman el Zambombo (Entrevista a Felipe López "el Monstruo de Filadelfia")




Manizales, Colombia, 1985. Presidente de la Corporación Cultural Sísifo de Envigado, dedicada a la promoción cultural, a través de tertulias, recitales poéticos y concursos de poesía. Integrante del Centro Literario El Túnel y del Consejo de Cultura de Envigado. Hace parte de las Antologías Poéticas: Vigas contra el viento (Casa de Poesía Porfirio Barba Jacob 2011) Poca tinta (Universidad de Caldas 2012). 4M3R1C4 2.0: Novísima poesía latinoamericana (Monterrey: UANL, 2013). Compiló la antología poética de poesía joven  El Vacío como llenura ( Manigraf 2010) Ha sido ganador del premio Sueños de Luciano Pulgar, Poesía 2010.  Mención de honor en el II concurso de poesía en Tiempos de Penuria 2012  con su Poemario: Yo soy Showman el Zambombo. Ganador del II Premio de Poesía Joven Ciudad de Medellín 2013 con su poemario: Un viaje en un grito y los poemas genealógicos.


  • Soy el mejor poeta de Medellin y otras mentiras

Soy el mejor poeta de Medellín, porque metí bazuco con niñas burguesas en el Periodista. Porque me esnifé las cebras del Centro en un mal poema Nadaísta. Porque tengo pantalones de terlenca y tengo un mostacho lleno de ladillas. Porque me leí a Baudelaire cuando tenía 7 años, y le di plata a Modigliani para que se follara a una doncella en la Veracruz. Porque soy una chucha de biblioteca fumando marihuana con Marx. Porque la vanguardia está pasada de moda ante mis versos. Porque no necesito estar en el Carlos Vieco para que mil mujeres se desmayen. Porque soy el bufón de los poetastros. Porque todo el mundo me gasta Antioqueño, y tengo groupies en el PP que me adoran y me invitan a comer empanadas Envigadeñas con el conejo de Donnie Darko. Porque “Mi hermana se cayó una vez de la cama” Porque Salí en el Colombiano hablando de hechicería. Porque tengo un grupo de poesía llamado testosterona y mi alias es el “visajoso”. (fragmento) 

  • Neo-culebreros y otros Eróstratos

“Nosotros los artistas”, bajados del ano del diablo,  llenos del caos, importamos palabras, adjetivamos, destruimos.  Somos la peor poesía flotando con las   metáforas, como cadáveres en el río Medellín. Somos los vulgares apóstatas. Somos los artistas que nos follamos a Eróstrato en las redes sociales. Nos  declaramos una cucaracha  política que usurpa la cocina de las mansiones y somos pequeños burgueses hablando de calle. Somos el fuego apagado por la baba de los amores pasajeros.  El meteorito lleno de mierda que llegó a Medellín  para enterrar a todas las momias intelectuales –perdón por ser tan académico-  A todos los Neoculebreros fantoches llenos de polillas en sus libros mamertos y melifluos discursos de rescatar a Latinoamérica y hacerse sus pajazos mentales de revolución.  Nos declaramos muertos, y no queremos llevar ninguna post mortem con nuestra risa de lobos en las puertas del alcohol. (fragmento)

  • La sociedad de la ficción y las vacas.

El endemoniado grupo de vacas que comen bits, comen Wikipedia. Loras obtusas de la minucia que vomitan lo audiovisual en documentales que “concientizan”. Batracios del individualismo en la iconografía del artificioso maquillaje virtual y de la adulación de escrotos. ¡Mentira! La sociedad de la ficción es el abismo entre la virtuosidad de una foto y el adiposo de los poros abiertos y de los puntitos blancos del desodorante en el sobaco, y las estrías en el culo como ríos de una oratoria: yo soy la foto, el cuerpo es un excremento andante. Y todos aletargando el cloroformo de su final, apaciguándolo con cualquier pachulí de un norte, salen las vacas con lienzos y metáforas, la caterva adoquinada de arte, buchiplumas en el parque alardeando ser artistas… qué salgan en masa los artistas y se diviertan con verdades de Perogrullo, de la conceptualización del relleno sanitario de la India, púdranse y ampútense las manos por dignidad. Me cago como una coprofilosofía en el humanismo hilarante de la modernidad. Mamertos dogmáticos, adalides de la verdad con su contradiscurso tan insulso, y bastardos en la cuantificación de señalar a los enemigos… pero esta caterva de bípedos de involución de la paranoia, señalan su anacronismo de vomito, señalan a Norteamérica, señalan la explotación del estado. Me cago en sus discursos trasnochados de una evidencia tan perceptible para un dragón de Komodo. (fragmento)

jueves, 11 de julio de 2013

Colapso Capital

De: Leticia D'Albenzio (Argentina)



Algo me ha sucedido, no puedo seguir dudándolo. 
Vino como una enfermedad, no como una certeza […] 
Se instaló solapadamente poco a poco […] Una vez en su 
sitio, aquello no se movió […] y pude persuadirme de que  no tenía nada […] Y ahora crece.
                                                                                                                        La náusea. Jean Paul Sartre                                                                                                         

        A salvo de Cabildo y Juramento, Juana está capturada en sus veintiocho metros cuadrados. Sus pupilas abocinadas son dos aves en la polución de su cabeza cobriza. Lagrimea gotas de sudor aspiradas en el subterráneo. Está apuñalada de quejas estomacales suspiradas en el Banco Ciudad; decide comer. Mientras su Ser consume, la publicidad la devora. Es que la liviandad de sus ideas rebotan en su cuerpo, apesadumbrándolo.  
Marmórea de inseguridad, aunque con demasiado ego de fondo, es una pasajera en trance a loguear 30. Juana digiere emoticones, chatea deshechos, desperdicia colillas en clickeos grises de compañía. 

                    Ahora está navegando en humo.

Inhala zumbidos que repiquetean en su sien abriendo ventanas desesperadas de caricias. Exhala desoladas carcajadas de teclado. La bocanada de contactos no supera la incompletud de su nick. El frenesí de Juana doma la soberbia del mouse con el que transforma su sweet home Buenos Aires en una pantalla mordisqueada de “holis”. Juana, ilusión de globo rojo, palpita en sus yemas un mercado libre de calor humano; pesa en sus cejas la estrechez de una realidad que la desmaterializa. A pesar de la banda ancha de burbujas que pestañea en el ciberespacio, Juana regurgita la luna de contratiempos que el día apelmazó. La electricidad de su pesar truena en el cursor relampagueante de la notebook, cobija de la tormenta de imponderables llamado mundo. Los cables arteriales ya son las venas por las que drena la madrugada. El rocío ansioso tilda a Juana, avatar de monitor en cortocircuito, en un amanecer de imágenes pixeladas de lejanía, porque Juanay@no.es Juana.   
Barulla su LG la hora en que el tumulto pica a las almas ciudadanas. El sonido itinerante cuelga la máquina. Desoye la alarma: “Life’s Good”, “Life’s Good” -anhelo con el que se reinician los programas-. Se quema la autómata de Juana. 

                   Ahora el sistema colapsa.