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miércoles, 27 de julio de 2016

Itzel Cervantes (Frente Norteño De Poetas)


*Itzel Cervantes, Norteña desde 1991, amante de la naturaleza, la bicicleta, fotógrafa amateur, remedo de poeta y caos total.


“Intruso” 

A veces quisiera que fueras al que le llamo a las tres de la mañana y sin parpadear ni respingar, está aquí. Pero no lo eres. Eres el que dice, espera, hablamos luego. El punto y seguido o tres puntos suspensivos de mi día a día. O tal vez, el punto y aparte que no quiero poner. La inestabilidad e inseguridad de cada mensaje, de cada visita. No digo llamadas, por qué son escasas. Por no decir nulas. Eres el, “no sé” de cada pregunta de mis amigos. El saldrás esta noche... No sé, les aviso. Solo por quedarme esperando hasta tarde para ver si te animas a mandarme algún mensaje h aunque sea, vernos un instante. Eres la piedra en el zapato de quienes a diario se esfuerzan por llenarme el ojo, mientras yo trato de llenarte no sólo el ojo.


“Yo detrás de ti tú detrás de otro” 

Así es la vida. No entiendo por qué el universo y todas esas cosas conspiran para que el tiempo sea “perfecto” y siempre termine jodida. No solo física, sino anímicamente. Espero que si no encuentro amor en una pareja, de jodido mis amigos nunca me dejen morir sola. Siempre hay alguien con quien hablar de las penas del corazón, siempre hay alguien con quien coger, alguien con quien salir. Pero tal vez esas opciones no son lo que quieres. Pregúntenmelo a mí. Soy de esas personas que construyen castillos en la arena, en las nubes, un cielo en el infierno. Imagínense que deje de hacer “cosas” que podrían afectar lo que estábamos “construyendo” Me di cuenta que sólo yo construía. Tú, pues tú lo que era y ya. Cogías. Creo que se te fueron unos “te extraño” y unos “te quiero” de vez en cuando. Ahora entiendo que no todos extrañamos igual, ni lo mismo. Yo extrañaba tu compañía, tu risa, tu cara. Tú extrañabas darme de nalgadas y jalarme el cabello. Aventarme a la cama y arrancarme la blusa. Sacar el vestido de un solo chingazo. Medio bajar el pantalón y empezar a darme. Todos queremos estar con alguien, no todos de la misma manera. Tal vez mal interprete las señales, compartir la cama, tu cepillo de dientes, tus amigos. Las tardes juntos, fueron solamente ratos efímeros en tu rutina. Alguien más en ese preciso instante me dijo que me amaba, que quería pasar la vida entera conmigo, le dije que no, que gracias. Que podíamos ser solamente amigos. ¿Por qué el no coge como tú? Por qué si antes me gustaban tanto sus labios, sus caricias y su compañía. Llegas y lo arruinas. ¿Qué ganabas con quitarme esa oportunidad? Y si, se perfecto que no es tu culpa. Pero quiero culparte, decir que tú, si ¡tú! Pedazo de basura inorgánica, ¡tú! Me hiciste dejar vicios y hábitos que me afectaban, me elevaste y ahora... ¿Y ahora? Me dejas sola, aquí, sentada. Esperando horas, días, tal vez, al paso que voy semanas. Solo espero que llegue alguien más, así como tú y me saque de esta horrible espera. Me diga que no vale la pena esperar migajas de tiempo de alguien que no te espera, no te extraña. No te nada. ¡Idiota! Eres y soy. ¿Por qué me dueles? Odio tu ausencia y tú pinche falta de huevos para no decirme desde un principio que solamente querías coger. Por no decirlo ahora, por solo terminar las cosas con tu ausencia, yéndote lento, fingiendo que sigues estando, si estar. Yéndote a paso seguro, dañándome, doliéndome y quebrándome. ¡Vete! Todos se van. Todos se van y ya no vuelven. ¿Por qué siempre queremos a quien no nos quiere querer? Seguro es una broma del “destino” por haberte dicho que sólo como amigos. Y ni eso me queda.


“Imposibles” 

Yo lo único que quiero es alguien que esté dispuesto a darme un beso tronado. A sentarse a ver pasar las tardes llenas de color en algún café. Otras viendo la lluvia, abrazados y dispuestos a brincar en los charcos. Un amor que tenga un abrazo. Ganas de cazar estrellas en la madrugada y contar las constelaciones. Un amor que ame el campo tanto como yo, que quiera dar caminatas largas y pausadas por el mundo. Otras veces correr y montar en bici a más de 60 kilómetros por hora. Tan solo pido cariño, dar y recibir. Que esté seguro de que lo que da lo ofrece en plena confianza y certeza de que sale desde el fondo de sus entrañas, de las noches como ésta, de develo añorando con quien estar abrazado y sonriendo al techo y la luna que se pinta en los sueños. Solo alguien que tenga anhelos de amar infinitamente, todos los días y sin medidas, sin miedo y sin censura. Dispuesto a todo, por qué sabe que merece recibir lo que está dando y sabe que se lo daré. Algo así como un amor recíproco. Que confíe en mí y en el montón de amor que tengo para mí, para el mundo y uno nuevo y dispuesto a nacer especialmente para ti. Para tu sonrisa apretada y la de todos los dientes. Por qué te amo sin conocerte, te amo sin probarte, te amo por qué me amo y sé que estoy en condiciones de amar. Soy lo que todos quieren, pero nadie se atreve a intentar.


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