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domingo, 28 de abril de 2019

"Yo soy la sangre" poemas de Johanna Carvajal Arboleda


YO SOY LA SANGRE

Soy la sangre que se ha derramado en las Malvinas

La sangre que viaja por los torrentes acuáticos del Océano Pacífico

La sangre que vive en mi amigo gorrión y en sus sueños

Soy la sangre que corrió por el cuerpo de mi madre al parirme, soy sus gritos y sus lágrimas

Soy la sangre que está perpetuada como mancha en el vestido de esa niñita cuyo peor error fue tomar el camino equivocado

Sangre maloliente qué vive y se apacigua en las heridas de un hombre al regresar de la guerra, soy el rojo en su tonalidad más fuerte

Soy la sangre que alimenta los cuerpos de hambrientos comensales al recibir su cena

Soy la sangre del venado al que el cazador le apuntó sin piedad

La sangre que pinta las paredes de interminables pueblos

Soy la sangre del minero y su fatiga incurable, para terminar el turno y llevar el pan seco a sus hijos, soy su cansancio, su muerte en pedazos

Soy la belleza en su esplendor más puro, soy la eternidad y su retornar

Yo, soy la sangre de Latinoamérica.



AUSCHWITZ
‘’Los ojos que han contemplado Auschwitz e 
Hiroshima nunca podrán contemplar a dios’’ 
- Ernest Hemingway

Las manos siguen buscando melodías ausentes en un piano que es ya fantasma...

¡Qué sabe el hombre de la vida si siempre tiene comida caliente en su mesa!

Las cenizas de un rastro, de un tren sin retorno.

Trabajar hasta quedar en los huesos, llorar hasta quedar sin alma.

¡Qué sabe el hombre de la vida, si nunca sintió frío en su piel y las pulgas nunca comieron sus carnes!

Las palabras, los corazones lastimados, el hielo sobre la boca, los calderos apagando esa luz.

Las calles, las balas, las familias que no volvieron a verse...nunca, jamás.

¡Qué sabe el hombre de la vida si anduvo de fiesta en fiesta, mientras a otros les arrancaban los ojos en la noche!

Es el silencio trastornado, llegando al vacío...
Donde la lucha se agota y las casas se derrumban.



TRÍPTICO

I
LLANTO

El llanto nace como el océano,
Una ola que en principio llega a la orilla,
Pero vuelve a marcharse...
El párpado es esa orilla,
Donde al moverse
Regresa una lágrima a su origen.

II
MEMORIA 

Y las flores son el delirio ausente,
Los ojos agrietados del ayer
Donde la vida marchita
El recuerdo.

III
DOLOR

Los soles queman en el pecho,
El sonido de la angustia
Que no deja pasar el viento
Entre dos cuerpos.


DELIBERACIONES 

Puedo odiar sin piedad
y amar con la furia de las aguas…
Ya no espero
 ya no busco
 no me interesa.

La noche acaba figurando en las grietas del alma
y se posa a observar los vaivenes
los movimientos
las sombras
las marchas…

Y no hay ahora, ni mañana, ni nunca más.

Porque las palabras no siempre son lo que el hombre busca
ni son lo que el hombre hace.

Y el cuerpo siente el hambre, la fatiga…
El rojo sangre en los ojos con furia,
el anhelo desesperado en la celeridad,
en el azar
en el no volver a mirar expectante los vientos vivos.

El hombre quiere la libertad, pero no la soporta…
Huye y le teme
como si no supiera quién es 
y a quién se dirige…

Y despierta herido y solo
aguardando en las horas
las no certezas de saber que vive, 
ansía y desespera.


MARINA

Para Marina, que me enseñó que la locura es como 
un tesoro que la racionalidad saquea.
                                                                                                                                
Su rostro ha dicho cosas que nadie más conoce, repele el llanto del niño a media noche.
Grita en los más claros días, junto al mar
Ella ha sido robada de su luz, no han podido extraerle la piedra
Ella habla en la noche a los ruiseñores.
Sabe que vuela y canta melodías con las aves,
Injerta felicidad en los corazones negros.
Ella ríe, después muere.
Todo, todo lo ha tomado.


PADRE

Padre, algunas veces te sentí en mis brazos
pero nunca en tu corazón…

Del óxido pude sacar brillo,
de las sombras, claridad.

De tu boca salieron palabras
pero nunca con olor a azucenas…

A mis ocho años mis castillos de arena
se derrumbaron con las olas de la soledad.

Padre ¿Acaso tu mirada quedó perdida en las estrellas?
¿En un desierto inconcluso?
¿O en un país lejano y extremo, repleto de frío?

Y los cursos, los trajines
se fueron al pie del abismo,
del aullar de los lobos a la media noche,
de las sirenas cantando en medio de la batalla.

El destino estuvo marcado por los relojes,
el bullicio, el fuego y la voz.

Y me sentí como un recién nacido que odia al mundo apenas lo mira.

Padre, me siento rota pero nunca mustia.




*Johanna Carvajal Arboleda (Medellín, Colombia – 1993) Es estudiante de Historia en la Universidad Pontificia Bolivariana y estudiante de Formación Musical con énfasis en saxofón, además de desempeñarse como gestora cultural y vincular a muchas mujeres poetas a diferentes eventos y colectivos artísticos de la ciudad de Medellín. Algunos de sus poemas han sido publicados en la revista literaria Ouróboros y la Revista Innombrable. En la antología de poesía latinoamericana: ‘’Fronteras’’ de La Sociedad Perdida, antología del XIX Encuentro de Poetas Comfenalco 2018, así como en la antología de 10 poetas jóvenes mujeres de Antioquia ‘’La jaula se ha vuelto pájaro’’, así como en la antología del V Festival Internacional Quejío con Grito de Mujer, de Córdoba, España. Ha sido traducida al vietnamita, al árabe y al inglés, y publicada en algunos medios en Vietnam y España. Poeta invitada al 28º Festival Internacional de Poesía de Medellín, ha participado en diversos eventos de poesía de carácter local, nacional e internacional. Es autora del poemario Ensoñaciones Grises, publicado con Fallidos Editores en marzo de 2018, actualmente trabaja en su segunda obra, titulada Jardines de Ónix (2019). 

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